lunes, 16 de mayo de 2011
LOS PADRES DEL COLEGIO SAFA HORTA-BARCELONA MUESTRAN SU DESACUERDO CON LA JORNADA INTENSIVA QUE SE LLEVARÁ A CABO A PARTIR DEL 8 DE JUNIO de 2011
martes, 3 de mayo de 2011
Preparando a los bebes y niños pequeños para la lectura.
"Todo niño merece realizar sus sueños. Desde la cuna hasta el aula, es esencial que los niños cuenten con padres, maestros y otros en su vida que los preparen para el éxito en la escuela y la vida."
-- Laura Bush
Como padre o madre, usted es el primero y más influyente maestro de su niño. Entender y apoyar el desarrollo y la preparación de su hijo para la escuela ofrecerá la mayor oportunidad para el éxito.
La clave del éxito al promover la adquisición de la lectoescritura en su niño pequeño y prepararlo para la escuela consiste en garantizar que cuente con oportunidades ricas y de alta calidad para el aprendizaje durante los primeros años de su vida. Es su deber ofrecer orientación y estrategias para ayudar a su bebé o niño pequeño a adquirir los conocimientos y las experiencias necesarios para triunfar en la escuela y la vida.
Cómo conseguir que su bebé o niño pequeño esté preparado para leer
El aprendizaje de la lectura es un proceso complejo. La investigación indica que los niños que cuentan con conocimientos sobre el lenguaje y la lectoescritura antes de comenzar a estudiar en la escuela tendrán más éxito en la lectura. Su niño puede adquirir esos conocimientos con actividades integradas en todos los dominios del desarrollo, es decir, el desarrollo cognitivo, el desarrollo motor fino y grueso, el desarrollo emocional y social y el desarrollo lingüístico.
Es importante crear un ambiente en casa que ofrezca oportunidades lingüísticas y de lectoescritura de alta calidad para poder preparar a su niño para aprender a leer en la escuela. Esto no requiere enseñanza formal ni experiencias académicas. Toda interacción que usted tenga con su niño constituye una experiencia de aprendizaje; así pues, es importante crear y mantener en el hogar una vida que refuerce y promueva el aprendizaje. Hablar, jugar y cantar a su niño, incluso antes de que él sepa responder, sirve para establecer un ambiente de aprendizaje que apoya el desarrollo del lenguaje. Compartir y hablar de nuevas experiencias, explicar la cantidad de cosas interesantes que se encuentran en el entorno del niño, y leer al niño lo más a menudo que sea posible, son todas actividades que aportarán el tipo de experiencias lingüísticas necesarias para el éxito y el goce de la lectura en el futuro.
viernes, 29 de abril de 2011
Colas innecesarias para “rematricular” a los niños en el Safa
Soy una madre, que solo quiero hacer llegar mi queja y ver si hay más gente que como yo, este molesta por el tiempo que nos hacen perder en el colegio, cada dos por tres, con unos horarios muy justos, que hacen que se tenga que pedir permiso en el trabajo, por las colas que se montan, como por ejemplo para comprar la ropa deportiva, los libros y ahora para re-matricular a mi hijo, cuando ya es alumno y el único cambio para el curso próximo es que estará en un curso superior.
Hoy es que además me he desesperado con la parsimonia del señor que atendía, que tardaba unos 5 minutos, cuando solo tenía que poner un sello en la documentación.
El Safa una vez más, no piensa en las madres y hace perder el tiempo, sin ningún respeto.
Gracias por permitir expresarme en el Blog y a ver si podéis hacer ver las molestias que nos causan, por no tener unos horarios mas amplios.
domingo, 17 de abril de 2011
Como introducir el orden y la disciplina con los jóvenes a partir de los 13 años
Independientemente de la edad que tenga su hijo, es importante que usted sea consistente a la hora de impartirle disciplina. Si usted no respeta las normas que ha fijado ni se atiene a las consecuencias que ha enunciado, lo más probable es que tampoco lo haga su hijo.
A partir de los 13 años
A estas alturas, usted ya ha sentado las bases de la disciplina. Su hijo sabe lo que se espera de él y que usted cumple su palabra en lo que se refiere a las consecuencias de la mala conducta. Pero no se le ocurra bajar ahora la guardia -la disciplina es tan importante para un adolescente como para un niño pequeño. Del mismo modo que un niño de 4 años necesita que sus padres le fijen un horario para acostarse por las noches que deberá respetar a pesar de sus lloriqueos, un adolescente también necesita que le fijen límites.
Asegúrese de fijar normas sobre los deberes, las visitas de los amigos, la hora para volver a casa por las noches y las citas, y hable sobre ello con su hijo con suficiente antelación para que no haya malentendidos. Aunque probablemente su hijo protestará de vez en cuando, también se dará cuenta de que es usted quien tiene el control. Aunque le parezca mentira, los adolescentes también quieren y necesitan que les fijen límites y les impongan cierto orden en sus vidas, aunque reclamen y necesiten mayor libertad y más responsabilidades.
También es importante que permita que su hijo adolescente tenga cierto grado de control sobre su vida. Esto no sólo reducirá el número de luchas de poder, sino que también ayudará a que su hijo respete las decisiones que usted todavía debe tomar por él. Durante las primeras fases de la adolescencia, a un chico se le puede permitir que tome sus propias decisiones en lo que se refiere a la ropa que se pone para ir al instituto, el peinado que lleva y cómo decora su habitación. A medida que se vaya haciendo mayor, se le debería ir ampliando el grado de control que tiene sobre su vida, pudiéndole permitir, por ejemplo, llegar más tarde de la hora establecida de vez en cuando.
También es importante centrase en lo positivo. Por ejemplo, retrase la hora para volver a casa por las noches cuando su hijo se porte bien, en vez de adelantársela como castigo por un comportamiento irresponsable.
Una vez más, recuerde… sobre pegar…
Quizás no exista ninguna forma de disciplina más polémica que los castigos corporales y, en concreto, el hecho de pegar, abofetear o dar cachetes a los niños. A continuación, reproducimos algunas de las razones por las que la Academia Americana de Pediatría recomienda a los padres que eviten pegar a sus hijos:
- Al pegar a un niño, se le está enseñando que está bien pegar a alguien cuando uno está enfadado.
- Al pegar a un niño, aparte de hacerle daño, se le pueden infligir lesiones corporales.
- Pegando a un hijo, en vez de enseñarle a modificar su comportamiento, sólo se consigue que tenga miedo a sus padres, y lo único que le enseña es a evitar que lo vuelvan a pillar "in fraganti".
- En el caso de los niños que se portan mal para llamar la atención, una bofetada o un cachete puede "recompensarlos", aunque no sea eso lo que pretenden sus padres, al brindarles cierto tipo de atención -una atención negativa es mejor que ninguna atención en absoluto.
viernes, 15 de abril de 2011
Como introducir el orden y la disciplina con los niños de 6 a 12 años
Independientemente de la edad que tenga su hijo, es importante que usted sea consistente a la hora de impartirle disciplina. Si usted no respeta las normas que ha fijado ni se atiene a las consecuencias que ha enunciado, lo más probable es que tampoco lo haga su hijo.
De 6 a 8 años
La "pausa obligada" y enunciar las consecuencias de la mala conducta también son técnicas disciplinarias eficaces para este grupo de edad.
De nuevo, la consistencia y la coherencia son cruciales. Cumpla su palabra a la hora de impartir disciplina o, si no, se arriesgará a perder su autoridad. Su hijo debe saber que usted hace lo que dice. Esto no significa que no pueda concederle segundas oportunidades o permitirle cierto margen de error, pero, por lo general, debería ser consecuente y cumplir su palabra.
Asegúrese de no amenazar a su hijo con castigos imposibles o poco realistas cuando esté muy enfadado ("¡Vuelve a dar un portazo y nunca más verás la televisión!"), puesto que, si no cumple sus amenazas, su palabra perderá valor. Si, mientras se dirigen a la playa en coche, amenaza a sus hijos con dar media vuelta y volver a casa si no dejan de pelearse, haga exactamente lo que ha dicho. El día de playa perdido es mucho menos importante que la credibilidad que usted ganará ante sus hijos.
Los grandes castigos pueden quitarle autoridad como padre. Si castiga a su hijo a no salir de casa todas las tardes durante un mes entero, lo más probable es que el niño no se sienta motivado a portarse mejor porque cree que ya está todo perdido.
De 9 a 12 años
A los niños de este grupo de edad -como en todas las edades- se les puede impartir disciplina apelando a las consecuencias naturales. A medida que van madurando y reclaman más independencia y responsabilidad, enseñarles a asumir las consecuencias de su comportamiento constituye un método disciplinario eficaz y apropiado.
Por ejemplo, si su hijo de once años se va a dormir sin haber hecho los deberes, ¿debería usted prohibirle acostarse hasta que los acabe o ayudarle a acabarlos? Probablemente no, ya que estaría desperdiciando una valiosa oportunidad para enseñarle algo sobre la vida. Si no acaba los deberes, tendrá que ir a la escuela al día siguiente sin haberlos hecho y cargar con las consecuencias de que le pongan una mala nota.
Es natural que usted quiera evitar que su hijo se equivoque, pero, a largo plazo, le hará un favor si deja que cometa sus propios errores de vez en cuando. Así, su hijo comprobará lo que conlleva un comportamiento inapropiado y probablemente no volverá a cometer los mismos errores. No obstante, si su hijo no parece aprender de las consecuencias naturales, usted debería establecer sus propias consecuencias para ayudarle a modificar su comportamiento.
… sobre pegar a los niños
Quizás no exista ninguna forma de disciplina más polémica que los castigos corporales y, en concreto, el hecho de pegar, abofetear o dar cachetes a los niños. Estas son algunas de las razones por las que la Academia Americana de Pediatría recomienda a los padres que eviten pegar a sus hijos:
- Al pegar a un niño, se le está enseñando que está bien pegar a alguien cuando uno está enfadado.
- Al pegar a un niño, aparte de hacerle daño, se le pueden infligir lesiones corporales.
- Pegando a un hijo, en vez de enseñarle a modificar su comportamiento, sólo se consigue que tenga miedo a sus padres, y lo único que le enseña es a evitar que lo vuelvan a pillar "in fraganti".
- En el caso de los niños que se portan mal para llamar la atención, una bofetada o un cachete puede "recompensarlos", aunque no sea eso lo que pretenden sus padres, al brindarles cierto tipo de atención -una atención negativa es mejor que ninguna atención en absoluto.
miércoles, 13 de abril de 2011
Como introducir el orden y la disciplina con los niños de 3 a 5 años.
Independientemente de la edad que tenga su hijo, es importante que usted sea consistente a la hora de impartirle disciplina. Si usted no respeta las normas que ha fijado ni se atiene a las consecuencias que ha enunciado, lo más probable es que tampoco lo haga su hijo.
De 3 a 5 años
A medida que su hijo vaya creciendo y empiece a entender la relación existente entre las acciones y sus consecuencias, asegúrese de empezar a informarle sobre cuáles son las normas de la casa. Es importante explicarles a los niños qué es lo que se espera de ellos antes de castigarles por determinado comportamiento. Por ejemplo, la primera vez que su hijo de tres años utilice las ceras de colores para "decorar" la pared del salón, explíquele por qué no está permitido pintar en las paredes y qué sucederá si lo vuelve hacer. Dígale que, si vuelve a pintar en una pared, tendrá que ayudarle a limpiarla y que no podrá utilizar las ceras de colores durante el resto de la tarde. Si su hijo vuelve a pintar en las paredes al cabo de unos días, deberá recordarle que las ceras de colores son para dibujar sobre papel y luego pedirle que se atenga a las consecuencias.
Cuanto antes transmita a su hijo el mensaje de que: "Yo fijo las normas y tú debes escuchar y aceptar las consecuencias", mejor será para todos. Aunque a veces pueda resultar más fácil ignorar un comportamiento puntual inaceptable o no imponer el castigo enunciado, si actúa de ese modo, correrá el riesgo de sentar un mal precedente. La consistencia es la clave de una disciplina eficaz. Es importante que los padres decidan juntos cuáles son las normas y luego sean coherentes al aplicarlas.
Al mismo tiempo que usted establece claramente qué tipo de comportamientos no están permitidos y merecen un castigo, no olvide recompensar la buena conducta. Y no subestime el efecto positivo que pueden tener sus elogios sobre su hijo. La disciplina no consiste solamente en castigar. Los padres han de recordar que deben reforzar el buen comportamiento de sus hijos. Por ejemplo, usted puede decir: "Estoy orgulloso de que hayas compartido tus juguetes con otros niños". Generalmente, esto resulta más eficaz que castigar a un niño por el comportamiento contrario -no compartir. Y sea específico a la hora de elogiar a su hijo; no se limite a decirle: "¡Bien hecho!"
Si su hijo se está comportando de manera inaceptable y el mal comportamiento no remite a pesar de todos sus esfuerzos, considere la posibilidad de diseñar una lista de registro semanal. Cuelgue la lista, con una columna para cada día de la semana, en la puerta de la nevera y decida cuántas oportunidades le concederá a su hijo para comportarse de forma inaceptable antes de imponerle un castigo, o durante cuánto tiempo deberá comportarse correctamente para recompensarle. Luego, bastará con llevar a cabo un seguimiento monitorizando diariamente el comportamiento de su hijo. Así, tanto usted como su hijo podrán ver literalmente cómo se está portando el pequeño. En cuanto el sistema empiece a dar sus frutos, no se olvide de recompensar a su hijo por aprender a controlarse y, sobre todo, por superar un problema de larga duración.
La "pausa obligada" también puede funcionar con niños de esta edad. Establezca un lugar apropiado carente de distracciones donde será más fácil que su hijo reflexione sobre su comportamiento. Tenga en cuenta que "enviar al niño a su habitación" tal vez sirviera de algo cuando los niños no tenían ordenadores, televisores ni videojuegos en sus habitaciones. No se olvide de establecer la cantidad de tiempo que sea más adecuada para su hijo. Algunos expertos afirman que 1 minuto de "pausa obligada" por cada año de vida es una buena regla empírica; otros recomiendan alargar la pausa hasta que el niño se haya tranquilizado (para que aprenda a autocontrolarse).
Es importante que le diga a su hijo qué es lo correcto, no sólo qué es lo que no puede hacer. Por ejemplo, en vez de decirle: "No se salta en el sofá", puede decirle: "Por favor, siéntate en el sofá y pon los pies en el suelo."
Unas palabras sobre pegar a los niños
Quizás no exista ninguna forma de disciplina más polémica que los castigos corporales y, en concreto, el hecho de pegar, abofetear o dar cachetes a los niños. A continuación, reproducimos algunas de las razones por las que la Academia Americana de Pediatría recomienda a los padres que eviten pegar a sus hijos:
- Al pegar a un niño, se le está enseñando que está bien pegar a alguien cuando uno está enfadado.
- Al pegar a un niño, aparte de hacerle daño, se le pueden infligir lesiones corporales.
- Pegando a un hijo, en vez de enseñarle a modificar su comportamiento, sólo se consigue que tenga miedo a sus padres, y lo único que le enseña es a evitar que lo vuelvan a pillar "in fraganti".
- En el caso de los niños que se portan mal para llamar la atención, una bofetada o un cachete puede "recompensarlos", aunque no sea eso lo que pretenden sus padres, al brindarles cierto tipo de atención -una atención negativa es mejor que ninguna atención en absoluto.
martes, 12 de abril de 2011
Xerrrada AMPA el Cargol.
Por supuesto estáis invitados toda la EAP del SAFA
Saludos
Òscar