jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Qué es el fracaso escolar?

Fracaso escolar es aquella situación en la que un alumno sin limitaciones intelectuales conocidas no supera los niveles de aprendizaje esperados para su edad, dentro de un determinado plan de estudios y/o de una institución escolar dada.

Ahí quien prefiere hablar de dificultades escolares antes que de fracaso por las connotaciones dramáticas de este término, y porque éste da una sensación de problema definitivo e insoluble, amén de los conflictos en el seno familiar y la alteración en la relación con maestros y compañeros que conlleva. Es, sin duda, un problema complejo que, a menudo, exige un enfoque multidisciplinario.

En España

La formación de los jóvenes españoles será la peor de Europa en 2010. El último informe publicado por la revista especializada Magisterio sobre el abandono educativo temprano en España, relativo al año 2008, constata que el fracaso escolar en nuestro país sigue aumentando prácticamente año tras año desde el 2000. Así, uno de cada tres alumnos abandonó los estudios el año pasado tras acabar la Educación Secundaria Obligatoria. Según la edición de Magisterio, “el 31,2% de jóvenes entre 18 y 24 años no completó el nivel de Secundaria superior”, mientras que en Europa ese porcentaje no llega al 15%.

Más del 21% de los escolares españoles de 15 años manifiesta tener dificultades para leer.

El porqué del fracaso escolar

En cualquier etapa educativa, el fracaso escolar está determinado por una compleja red de interacciones entre factores relacionados con el individuo, su familia, la escuela y el entorno social. Por tanto, para identificar las razones del fracaso escolar de un niño o un adolescente, sus capacidades y limitaciones no deben ser consideradas aisladamente sino en el contexto de sus circunstancias sociales y ambientales.

La frecuencia de este problema es elevada y oscila según los distintos estudios y niveles escolares entre el 2% y el 30%. Recientes datos del Consejo de la Juventud cifran el fracaso escolar en adolescentes en un alarmante 30%, es decir, uno de cada tres jóvenes.

De las múltiples causas de fracaso escolar, las más frecuentes son los trastornos específicos del aprendizaje. En general, se considera que estos trastornos son de origen madurativo con una base biológica y se caracterizan por alteraciones en los procesos que intervienen en la comprensión o el uso del lenguaje. El desarrollo satisfactorio del lenguaje oral ocupa un lugar primordial entre los numerosos factores de los que depende el desarrollo escolar. Las deficiencias del lenguaje oral receptivo y expresivo afectan seriamente el aprendizaje de la lectura, la ortografía, la expresión escrita y las matemáticas, contribuyendo así de manera significativa al fracaso escolar.

La dislexia es uno de los trastornos del aprendizaje más frecuentes. Básicamente consiste en una dificultad para aprender a leer y escribir. No es un problema relacionado en absoluto con la inteligencia, como mucha gente piensa, y afecta aproximadamente a uno de cada ocho alumnos (12%) de 7 a 11 años. Los expertos señalan que la mejor forma de atajar este problema es detectarlo precozmente, a ser posible antes de que el niño cumpla los siete años y siempre antes de que concluya su educación primaria.

Un informe titulado “La prevalencia de niños con dislexia o dificultades de aprendizaje” promovido por la Fundación Centro de Estudios de Aprendizaje y Reeducación presentado recientemente concluía que:

• La mayoría de los alumnos con problemas de aprendizaje o dislexia son recuperables si reciben a tiempo el apoyo que necesitan.

• Los tratamientos psicopedagógicos se deben realizar en grupos muy pequeños de alumnos y con profesores especializados en esta materia (logopedas o psicopedagogos).

• Cuanto más se espere para dar este tratamiento a los alumnos con problemas mayor será el coste de éste para el sistema educativo.

• La falta de solución a estos problemas provoca a medio y largo plazo la desmotivación del alumno por el estudio, la pérdida de la confianza en sí mismo e incluso la depresión.

• Las repeticiones de curso no resuelven las dificultades de estos alumnos, sino que se convierten en algo continuo a lo largo de su educación.

• Muchos de estos alumnos logran compensar sus trabas gracias a su inteligencia y al esfuerzo, alcanzando así las exigencias de los primeros cursos de su educación y pasando inadvertidos ante sus profesores. Sin embargo, a medida que se enfrentan a aprendizajes más complejos resultan cada vez menos eficaces.

Tipos de fracaso escolar

Fracaso escolar primario

El fracaso escolar primario se manifiesta desde el inicio de la escolarización y muchas veces termina encuadrándose bien en un defecto intelectual en el límite de la normalidad, bien en un trastorno de defecto de atención e hipercinesia.

El retraso mental leve puede pasar inadvertido hasta que el niño afectado se enfrenta a exigencias escolares cada vez mayores. Es innegable, por otra parte, que ciertos niños tienen dificultades para controlar su atención y actividad que pueden conducirles a ineptitud para trabajar en clase o a la consecución de escasos progresos educacionales, mayor necesidad de educación diferencial e incidencia aumentada de problemas sociales y emocionales, como deterioro de la autoestima y deficiente adaptación social.

Fracaso escolar secundario

El fracaso escolar secundario es el que se refiere al alumno que tiene normalmente un rendimiento suficiente y que, en un momento dado, comienza a fracasar en los estudios. Es el prototipo de presentación en el adolescente y en el que nos centraremos a continuación.

Las causas de la aparición de este problema son nuevamente múltiples y van desde enfermedades físicas u orgánicas (trastornos de los órganos de los sentidos, sobre todo visual y auditivo, alteraciones neurológicas como epilepsia o tumores, trastornos nutricionales por su peculiar forma de comer, intoxicaciones y consumo habitual de drogas legales, como tabaco y alcohol, e ilegales, como marihuana y otros estupefacientes) hasta enfermedades psiquiátricas como depresión y ansiedad. En este punto merece especial atención la posibilidad de suicidio en un adolescente deprimido.

Factores determinantes en el fracaso escolar

La familia

Otro escenario que se debe considerar es la familia. En ella puede encontrarse o no la causa del fracaso escolar, pero donde adquiere una extraordinaria importancia es en la búsqueda de soluciones y, sobre todo, en su papel preventivo. Será interesante investigar la dinámica existente entre los diversos miembros de la familia y la organización de los distintos aspectos de la vida cotidiana del núcleo familiar.

El colegio

El colegio parece repercutir significativamente en el desarrollo escolar hasta el punto de que algunos autores consideran que es el factor más importante para predecir el fracaso escolar. Un sistema educativo excesivamente regulado, poco flexible, con un nivel de exigencia que supera las capacidades del adolescente va a condicionar la aparición de situaciones de inadaptación. Otros aspectos como el ideario del colegio y su organización, su método de enseñanza e incluso la interacción profesor-alumno pueden ser factores decisivos tanto en el origen como en el tratamiento del fracaso escolar.

Es preciso recordar que para un adolescente no hay nada más importante que sentirse aceptado por su grupo de amigos y éste es un factor que hay que tener muy en cuenta en muchas ocasiones.

El entorno social

Por último, el entorno social puede contribuir a la aparición de este problema. Unas condiciones socioeconómicas adversas influyen negativamente sobre el factor familiar o pueden empujar al adolescente a integrarse en grupos o pandillas con conductas de riesgo.

Diagnóstico

El diagnóstico médico de este trastorno se basa en la anamnesis o interrogatorio y en la exploración, y debe completarse con un informe psicopedagógico. Cuando la causa es un trastorno psicológico o la repercusión emocional es importante, será precisa la intervención del equipo de salud mental.

Una vez analizado en profundidad el caso, podemos encontrarnos básicamente con las siguientes posibilidades:

• Que sea un episodio circunstancial, una falta de adaptación más en la evolución del desarrollo psicosocial del adolescente.

• El colegio elegido no sea el adecuado.

• El origen del problema sea un defecto físico, los malos hábitos o que padece una enfermedad.

• Se trate de una incapacidad para cumplir los objetivos académicos o un trastorno psicoafectivo.

Las funciones del pediatra o del médico de familia irán desde prescribir el tratamiento médico específico y asesorar, coordinar los estudios y las derivaciones pertinentes hasta participar en la elaboración de planes educacionales. El fin último no es mejorar los resultados académicos de ese curso, sino delimitar cuáles son las capacidades del adolescente para no pedirle objetivos imposibles, estimular y potenciar sus destrezas para elevar su autoestima y orientarle en el camino que debe seguir según sus posibilidades y preferencias.

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